UNA VEZ MÁS
Dijo un monje que las palabras son como hilos
y los oídos sus agujas de tejer historias.
Pero a veces las voces tiran balas para herir
y los corazones son los blancos perfectos.
Querrás entender todo lo ocurrido. En un rasguño de la memoria encontrarás la razón del adiós. La dejaste hace mucho tiempo, quizás años. Ya sabías lo que pasaría. Por lo tanto, ahora querrás volver a enhebrar el presente con toda la frialdad posible.
Simulando un olvido abrirás la puerta y saldrás con las llaves en la mano, lo puesto y un suspiro. Alrededor de una hora de transcurrido aquel engaño de recuerdos, mostrarás a tu corazón la miseria en la que elegiste vivir. Sin embargo, te regocijarás del presente aunque de todos modos sabrás, como siempre lo has sabido, que deberán pasar muchas vidas más, el doble de las que ya compartieron, para poder olvidar.
Por lo pronto seguirás simulando un olvido.
Los deseos increíbles de tu mente
son el recuerdo inagotable
de mi piel sobre tu vientre.
SUBIENDO
El frío se adueña de la casa
el encuentro con la luna
es un silencioso romper de aguas.
Tu pecho sincero se queja
de mi locura envuelta en cuentos
la locura inagotable de mi frente
por tu acecho.
DE MADRUGADA
Cremó el cadáver
con la lumbre del calentador
fuera de la ley
con todo su amor.
Despertó para saber
que no había muerto
recordó que en verdad no lo mató.
Qué más da
un corazón telarañado
o cenizas de amor.
SOBRE PAPEL
Fue el miedo
y la traición.
Fueron los pasos desandados
que acomodaron lisamente
el punto
la coma
la raya y el renglón.
La memoria nunca quiso
guardarse este sabor:
calado en el viento
un agujero te envuelve el corazón.
EL PACTO
Era agua diestra sobre empedrados.
Era cielo atendiendo sus truenos.
Era miedo a no saber repetirlo.
Era lluvia lenta y no enfriaba pieles.
Era agua cortejando el pacto
manos atadas a cuerpos lluviados
manto celeste cubriendo los brazos.
Corriendo entre mansiones islas.
Los espectadores se hubieron muerto
las nubes se disolvieron
sin techo era el miedo
las gotas fueron tibias
nos hundimos muy abajo.
Publicados en la antología de poemas y cuentos Antimusa con el pseudónimo de Polo Javier.
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